Llevamos algo mas de tres décadas de una epidemia que alcanzo dimensiones de pandemia al extenderse a todos los países del planeta demostrando que solamente necesita la condición de ser parte de la “especie humana” para que la infección suceda.
En ese tiempo aprendimos que uno de los modos de transmisión del virus entre los humanos es de madre a hijo (transmisión vertical) y que puede ocurrir en cualquiera de los periodos: embarazo, parto y lactancia materna, por eso resulta fundamental el diagnóstico precoz en las mujeres embarazadas para su pronta intervención y así prevenir la transmisión madre hijo de VIH.

Las madres que están infectadas deben conocer su diagnóstico, por ellas y por sus bebés, es el momento de intervenir !!!
Con el tiempo aprendimos que la carga viral de la madre tiene relación directa con la posibilidad de transmisión a su bebé.

Sin ningún tipo de intervención el riesgo de transmisión VIH de una madre a su bebé puede llegar a 35%, a partir de diferentes intervenciones; tratamiento antirretroviral adecuado e individualizado a la mujer precozmente en el embarazo y a su bebé por nacer, elección de la forma del nacimiento (cesárea vs parto vaginal según situación infectológica de cada mamá hacia el final del embarazo respecto de su carga viral y condición obstétrica), administración de AZT por vía endovenosa durante el nacimiento a la madre, AZT por vía ora al recién nacido a partir de las primeras hs de vida durante 4 a 6 semanas, suspensión de la lactancia materna y garantizar provisión de leche maternizada; todo este conjunto de medidas en situación ideal pueden disminuir dicho riesgo a alrededor del 1% en la actualidad.

Aún así actualmente y con la posibilidad de todas estas intervenciones en nuestro medio las tasas de transmisión VIH madre hijo en la CABA son de alrededor del 5%, estos datos refuerzan aún la necesidad del testeo sistemático de las embarazadas para diagnóstico y tratamiento oportunos durante el embarazo, la importancia de incluir a las parejas de las embarazadas en los testeos (en ocasiones embarazadas negativas tienen parejas VIH que desconocen su diagnóstico con el riesgo que ello implica) y tratar a la mujer gestante VIH positiva tan pronto como sea posible para mantener su carga viral indetectable a lo largo de la mayor parte del embarazo/parto para disminuir riego de transmisión al bebé.

Recordar la importancia del asesoramiento adecuado en cada momento, antes, durante y después del embarazo y la posibilidad de intervención en cada una de esas etapas para disminuir la transmisión madre hijo es responsabilidad del equipo de salud, desde antes de la concepción con el adecuado asesoramiento para programar o prevenir embarazos no deseados (anticoncepción adecuada), tratamientos adecuados durante la gesta y seguridad materno fetal y control posterior del bebé para descartar infección VIH precozmente y suspensión de la lactancia materna.

Con el transcurso de los años en transmisión madre hijo se alcanzaron grandes logros, somos ambiciosos, sabemos y queremos avanzar más allá de ese 1% de transmisión al que se pudo llegar; también sabemos que en nuestro medio tenemos que trabajar para disminuir las tasas de transmisión que hoy están aún por arriba de esas cifras.

Que así sea !!!